sábado, 7 de enero de 2012

La mano del gas

Otra vez me tenéis aquí, enganchada al Dakar. Desde que empezó esta aventura llamada Dakar, la verdad es que he vivido situaciones muy diversas: he tragado polvo, he sido testigo de accidentes sobrecogedores, he pasado un calor terrible, he visto como me penalizaban con 40 minutos por no pasar por dos way points el día que había igualado mi mejor clasificación del año pasado (un 35º puesto) e, incluso, he sufrido una caída tonta que por poco me deja fuera de carrera.

Ese día agujereé el depósito delantero de mi Gas Gas al impactar la moto sobre unas piedras, perdí todo el combustible y si no llega a ser por Marc Guasch, mi mochilero, que me prestó algo de gasolina, no hubiera alcanzado el campamento. Lo primero por lo que temí fue por esos desperfectos en la moto, pero cuando conseguí llegar al bivouac y me quité el guante, me di cuenta de que tenía la mano hecha polvo. Temí que estuviera rota, así que fui a ver a los médicos de la organización, que tras hacerme unas pruebas constataron que no tenía ninguna lesión grave, así que podía seguir en carrera, con molestias, pero al menos seguía en la pomada.

Ahora, afortunadamente, y tras recibir las sesiones mágicas de fisioterapia de Miguel Angel Domínguez, el fisio que me acompaña este año, parece que todo haya vuelto a la normalidad.

No hay comentarios: